• Mindfulness en un macaron

    Recuerdo la primera vez que probé un macaron. Era de chocolate (¡tenía que ser!), pagué unos tres euros en aquella pequeña panadería en un rincón de Montmartre, no sin sentir que estaba gastando una fortuna. Era 2012, vivía en México y estaba de visita en Europa descubriendo cuán cierta era aquella frase conocida de que "el que convierte no se divierte".

  • Ser foráneo y comer como rey en 4 pasos.

    Aceptémoslo. Presumir que se te queman hasta las quesadillas  ya no está cool. Quizás en la prepa, cuando vivías en casa de tus papás y la comida aparecía en la mesa como por obra y gracia de un batallón de elfos domésticos, no importaba mucho; pero ahora que has salido de tu terruño para estudiar en otra ciudad, probarte a ti mismo y ser más o menos independiente, el arte de cocinar es una práctica básica de supervivencia. Yo lo viví, y hace un rato, mientras leía un post con el que me sentí profundamente identificada, Soy foránea, ni de aquí ni de allá,  de mi amiga y blogger Mariana…

  • La alquimia en la cocina

    Cocinar desde cero o from scratch, como dicen nuestros amigos angloparlantes, me fascina. No sólo es más natural y menos costoso, sino que satisface el deseo primario y neandertal de conocer cada uno de los ingredientes que se usan, jugar con ellos y crear cosas nuevas. Durante mis primeros años de repostera aficionada, entre los 14 y los 18, dependí de las bonitas e industrialmente producidas mezlcas de Betty Crocker y Duncan Hines para hacer cualquier pastel. Mi incursión en la cocina “from scratch” se la debo a la madre de mi primer ahijado y una de mis mejores amigas: Eva María Zimmer. Una tarde, en la bonita y ardiente…

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